Las Emociones: Usos y abusos

¿Sabemos cuál es la droga más consumida en nuestros tiempos?, ¿sabemos cuándo la estamos consumiendo, cómo la consumimos y algunas de sus consecuencias?

¿Sabemos qué son, para qué las utilizamos y cuál es su fin verdadero?

La búsqueda de emociones es algo en lo que los seres humanos invertimos mucho tiempo y energía, no quiero decir con ésto que sea ni bueno ni malo, a lo que me refiero es a que es algo que ha de ser usado en nuestro favor para poder desarrollarnos, y no andar detrás de ellas como un burro detrás de una zanahoria.

Algunas personas se preguntarán,… «¿pero, si no tenemos emociones, qué es lo que vamos a tener…?».

Tampoco digo que no haya que tener o no experimentar emociones, lo que sí digo es que hay que aprender, y comprender, el uso y beneficio que éstas aportan.

Las emociones, en términos generales, las acuñamos a connotaciones negativas o positivas, y eso de poco nos sirve, pues todos sabemos que en los momentos de mayor dificultad, si uno está atento, es cuando más se aprende.

El inconveniente, el freno, la dificultad, como queremos llamarlo, viene cuando inconscientemente, y subrayo ésta palabra, inconscientemente, buscamos la experimentación de las emociones para saborear las endorfinas, adrenalina,etc. y otro tipo de satisfacciones personales, ahí es cuando se comienza a generar esa dependencia.

Las emociones tienen una función, un fin, una estructura incluso, no es algo azaroso que sucede y valoramos a nuestro gusto.

Comprender para qué las usamos y cómo podría beneficiarnos y suponer un gran avance e importante aprendizaje.

No es casualidad que algunas emociones o estados que experimentamos en estos días tan significativos aparezcan con tanta frecuencia. No es casualidad que síntomas tan normalizados en nuestra sociedad, como la ansiedad o el estrés, y tratados de manera remediativa, hayan tenido tanto auge y nos puedan enseñar tanto.

Las emociones juegan un papel muy importante en las personas, y tienen una misión determinante en el proceso de desarrollo, es lo que nosotros llamamos:

– la Función Comunicativa de las emociones -.

Pues sí, como decía, las emociones tienen su función, y como mensajeros que son, vienen a traernos una carta marcándonos algunos pasos a seguir adecuados para nosotros…

Y puede que ahora te preguntes… y si es así, ¿cómo construyó yo mis emociones?, ¿qué estoy haciendo para experimentar la tristeza o la felicidad?… ¿por qué no vivir en un estado de alegría..?

Pues es muy sencillo, pregúntate si realmente te gustaría que el cartero te trajera un carta cada día y se sentará en tu salón a beberse todo tu café, a cambiarte los muebles de sitio, vaciar todas tus cartas encima de la mesa, y que además de eso, te contará toda «su vida»?; y aún con esas, tu seguirías ocupad@ en la cocina, u ordenando alguna habitación sin prestarle la atención necesaria para saber cuál es el mensaje que te trae.

Y puede que te preguntes, ¿y cómo yo hago entonces para sentarme con el cartero que todos los días me trae «ésto» que tan poco me gusta?

Pues he de decirte que eso es un aprendizaje, y como todo aprendizaje, conlleva paciencia, ensayo, repetición, y como dice el refrán…

  • «La paciencia es una medicina amarga cuyos frutos son dulces».

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