¿Quien no se ha levantado alguna mañana con la sensación de haber vivido algo real, o con la sensación de no haber descansado bien en toda la noche?, o por el contrario, ¿de haber descansado profundamente y con una gran sensación de bienestar?. ¿Quién no ha soñado alguna noche con alguien que hacía tiempo que no vei y a la mañana siguiente o a los pocos día se lo ha encontrado por la calle o recibido una llamada suya?, ?¿son esto casualidades?… ¿quién no se ha dado cuenta del proceso que supone despertar por las mañanas y en el que su mente se va desperezando poco a poco aclarándose o variando su percepción?.
Los sueños son una fuente de conocimiento y sabiduría que desde hace miles de años se viene utilizando para recibir y enviar mensajes de, y para, otra dimensión, otra realidad, otra forma de existencia y ley, otro mundo.
Hay tratados y escrituras, místicos y sabios que hablan de 3 mundos, el primero y más alejado de la totalidad, de la unicidad y de lo Real, con mayúscula, es éste en el que vivimos y percibimos como materia tangible, física, el mundo sensible, de los sentidos. El segundo, es lo que algunos han llamado “Mundo Imaginal” o “Mundo de las Ideas”, que es aquel en el que la materia, los cuerpos, se espiritualizan y los espíritus toman forma, podríamos decir que éste es un mundo intermedio y es al que nos vamos a referir. El tercero es el Mundo de la Inteligencia Absoluta y no vamos a hablar de él.
Queremos dejar claro que comprender al hombre y a la mujer como algo excepcionalmente físico, a estas alturas de la partida, es algo muy limitado, y por ello proponemos un enfoque holístico en el que entran en juego estos tres mundos y tres dominios que nos aportan un enfoque mucho más amplio de lo que realmente es la vida. Entonces, ¿dónde quedan los sueños?, ¿dónde queda mi realidad cotidiana u ordinaria?. Primero de todo has de saber qué entendemos cómo ordinario, ya que la mente está condicionada constantemente a percepciones subjetivas dependiendo de los estados emocionales o anímicos que atraviesa. ¿Qué es lo que hace que a veces una espera de 5 minutos se pueda convertir en una eternidad y otras veces pase en un abrir y cerrar de ojos?. Dicho esto, ya sabemos que la percepción es subjetiva, y que lo que percibo como ordinario podría no serlo, ¿cómo sabes entonces que ahora no estamos soñando?.
Los dos primeros mundos, éste, el sensible y físico, y el segundo, el onírico, imaginal y de los sueños, se solapan. Cuando viajo por la noche, cuando sueño, me adentro en un mundo sin fin de posibilidades y escenarios, formas y espíritus se manifiestan, y lo mejor de todo es que todo ello participa de la Creación. Nuestra mente, nuestro espíritu, viaja a un mundo en el que operan otras leyes, otras naturalezas, el tiempo y la distancia funcionan de otra manera, la comunicación es diferente. Podemos presentarnos en el futuro sin saberlo para solucionar algo del pasado y traerlo en el presente. Los griegos y otras culturas más sabias, hacían diferenciaciones de los tipos de sueños, y para ellos el ir a dormir era una manera de desarrollo, de encontrar avances, soluciones e incluso sanar, para algunos era una comunicación directa con la divinidad, recibían profecías, mensajes claros de lo que iba a suceder y era vital para culturas y civilizaciones enteras, un sin fin de posibilidades que se abrían a aquellos que escuchaban y seguían sus sueños. Pero ojo, por que al igual que daban tanta importancia a los Sueños y a su interpretación, dejaban muy claro que para que pudiera haber un conocimiento de ésta ciencia, primero tenia que darse un proceso de desarrollo y crecimiento real en la persona para que pudiera surgir en ella el discernimiento, y así poder diferenciar los tipos de sueños reales de los que no lo son, los sueños que viene de la Fuente Divina de los que viene de la parte oscura del alma.
Bueno, y quizás te preguntes, “¿y todo esto de qué me sirve a mi, cómo lo aplico yo en mi vida?”. Pues haces muy bien, por que como dice el refrán: “información sin experiencia es como un burro cargado de libros”.
Los sueños son un libro abierto a lo que sucede en nuestro subconsciente y al que podemos acceder en cualquier momento, todo lo que percibimos y experimentamos está condicionado por éste. Es decir, cualquier estado emocional, cualquier anomalía, preocupación, cualquier alteración sensorial, inquietud, miedo, seamos conscientes de ello o no, está condicionado por nuestro subcosnciente, y en los sueños, de manera simbólica, se escribe, tanto la situación como su solución.
“El truco es tener una intención positiva durante el sueño.
Este es el punto esencial, esto es la verdadera espiritualidad”.